La radiofrecuencia es uno de los tratamientos estéticos que más se ha desarrollado en los últimos
años. Reducir la visibilidad de las arrugas, eliminar la celulitis o acabar con la flacidez son
algunas de las causas por las cuales se realizan estos tratamientos.
La aplicación de energía de radiofrecuencia favorece la
creación de colágeno, el drenaje linfático de la grasa y mejora la circulación
sanguínea.
Además, la radiofrecuencia consigue los siguientes resultados sobre la
piel:
- Desintoxica. La energía de radiofrecuencia facilita que las toxinas se descompongan y sean incorporadas al sistema linfático o circulatorio, lo cual permite que puedan ser eliminadas a través de la orina. Por esto, muchas veces es conveniente acompañar el tratamiento de radiofrecuencia con otro de drenaje linfático.
- Mejora la musculación. La radiofrecuencia actúa afirmando el tejido conectivo del músculo, lo que permite que los músculos recuperen su firmeza natural.
- Oxigena y nutre la piel. Al mejorar la circulación sanguínea, el oxígeno y los nutrientes llegan a esas zonas tratadas con mayor facilidad.
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